Thursday, September 27, 2012

Por qué perdimos?

El 9 de Septiembre fue el partido de la Gran Final del Campeonato de Segunda División de Brisbane, Se jugó en las instalaciones de un colegio privado al Sur de la ciudad; unas instalciones excelentes, la grama parecía una alfombra y el clima estaba estupendo; hacía sol, no muy caliente, perfecto para un buen juego de rugby.

La noche anterior me costó dormir, estaba tan emocionado como aquella noches antes del primer juego "oficial" en el Estadio Olímpico de la UCV, en Noviembre de 1993.La semana anterior habíamos derrotado a Norths, y estábamos motivados aunque tenía mis dudas con algunos jugadores y eso me llevó a cambiar mi equipo inicial en repetidas oportunidades, pero al final evité los cambios de última hora y me apegué a la plantilla con la que había estado entrenando la semana antes del juego.

Mi equipo Albany Creek U15 Green se enfrentó a Ipswich, perdimos 43-11, un resultado que todavía me cuesta digerir, porque cometí errores de criterio en mi selección inicial, pero aprendí que debo seguir mis instintos. Y así lo haré.

Teníamos un buen equipo, pero perdimos, y desde entonces he estado buscando respuestas que me permitan ganar la próxima vez. Por eso he tardado casi tres semanas en escribir mis conclusiones, de haberlo hecho antes creo que hubiese sido poco objetivo, aunque todavía siento la frustración por no haber ganado. Podimos haberlo hecho pero no fue así. Y todos somos responsables de ello.

La idea no es señalar ni exculpar a nadie, al final somos un equipo y ganamos o perdemos todos. Aunque hay quienes dicen que las victorias son de los jugadores y las derrotas de los coaches. Semejante injusticia.

Porque perdimos? Simplemente porque no todos creíamos que podíamos hacerlo y no jugamos como lo planeamos, no seguimos nuestra estrategia de juego al pie de la letra.

Cometimos un error dentro de las veintidos contaria, teníamos el balón controlado en la base del ruck, pero una distración permitió que ello ganarán la posesión y anotarán su primer try al otro lado. Desde entonces perdimos la concentración, el foco y a pesar que el marcador mostraba 3-5 nunca pudimos recuperarnos de ese error, reducir la diferencia y ganar el juego.

Nuestro plan era mover la pelota con los fowards y buscar que Ipswich perdiera la paciencia, cometiera errores, penales. El juego de ellos era de mucha velociad con la línea y nuestro pack era más sólido, experimentado, pero siempre ha necesiatdo guía, motivación, empuje y de ello depende la comunicación que el medio scrum tenga con ellos y después del error hubo un silencio absoluto entre el número nueve y los delanteros.

Al inicio, pateamos, recuperamos el balón y siguiendo el plan, conseguimos un penal frente a los palos. 3-0. Antes de finalizar la primera mitad lo volvimos hacer y nos fuimos al descanso 19-6 y con mayoría numérica sobre la cancha, un jugador contarrio había recibido tarjeta amarilla poco antes del final del priemr tiempo. El plan funcionaba, pero teníamos que ser pacientes, disciplinados y la comunicación era vital. Salimos al segundo tiempo con el objetivo de volver a nuestro plan inicial y anotar try en los primeros cinco minutos. Recibíamos la patada de salida.

Avanzamos bien hasta la mitad contraria, pero siempre que estábamos cerca, aumentaba la ansiedad, perdíamos la paciencia, cometíamos errores, nos desorganizábamos, nos contraatacaban con velocidad, con más jugadores corriendo en las puntas y nos era muy difícil defendernos como debíamos, como lo planeamos y nos marcaban nuevamente. Así lo hicieron una y otra vez, se alejaron en el marcador, se escapó el título nuevamente.

Lo que todavía me perturba es que teniendo un buen equipo no ganamos, y creo que parte de este resultado estuvo en la actitud de algunos que nunca creyeron que era posible, que se dieron por vencidos incluso antes de entrar a la cancha y otros que apenas nos marcaron un try bajaron los brazos y no dejaron de mirar el piso. Ciertamente falto liderazgo para levantar los ánimos, motivar al equipo y quienes tenían la tarea de hacerlo (no solo el capitán, también el hooker, el ocho, el apertura y el fullback) esta vez, inoportunamente, callaron. Nervios, miedo escénico, quizás.

Hay otros, quizás del lado de los derrotados, que dicen que no siempre gana el mejor equipo, pero es cierto que para ganar un juego no solo se necesitan las habilidades, la capacidad aeróbica también hace falta la perparación mental, lo cual permite tener mayor confianza, seguridad de si mismo y definitivamente suerte.

Jugaron con nostros desde el principio. El programa del partido indicaba que el mejor jugado de ellos, el número 8 -un jugador muy alto, rápido pero no con mucha resistencia y de fácil caída al momento del tackle- estaba lesionado, de hecho vestía pantalos cortos rosados, distinto al verde de su uniforme.  Todos nos creímos el cuento, y creímos que sería más fácil. El chamo no sólo jugó y nos vaciló sino que además se ganó el reconocimeinto del mejor jugador del partido. No hay nada mas cierto que los juegos se ganan o se pierden también fuera de la cancha.

Psicológicamente nos ganaron desde el principio. Sin que empezara el partido ya jugaban con nosotros.

Ipswich consiguió el título ganado sólo el 10% de los line outs y muy pocos scrums, por priemra vez nuestra eficiencia en los tiros estuvo cerca del 100% y en los scrums ganamos nuestras pelotas y muchas de las contrarias. Pero no aprovechamos las oportunidades; y en el rugby no gana quien tenga más posesión del oval sino quien mejor lo use y nosotros no lo hicimos.

Definitivamente, a pesar del resultado fue el fin de una excelente temporada, dos años de arduo trabajo en equipo, muchas experiencias, aprendizajes y grandes satisfacciones. Ganar el campeonato hubiese sido el broche oro, pero juntos logramos hacer de este equipo, que hace dos años ocupaba los últimos lugares, un equipo competitivo. Conseguimos dos Gran Finales consecutivas y ganamos el Campeonato de Paris este año, un gran logro y eso me hace olvidar un poco la amarga derrota, reir nuevamente y seguir adelante.


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