Saturday, December 23, 2006

Todos para uno y uno para todos


Para mí rugby es un juego donde todos deben participar, si se desean tener los mejores resultados. Entrenadores, oficiales, juntas directivas de los clubs o equipos, árbitros, espectadores y representantes son factores muy importantes en la formación individual y conjunta de jugadores y equipos.

Actualmente es un juego donde los jugadores (los buenos jugadores) necesitan tomar decisiones, y utilizar sus habilidades en diferentes situaciones y roles, responsablemente, ahora no es como solía ser cuando yo empecé a jugar, por ejemplo los forwards eran los pesados, “los responsables” del contacto, rucks and mauls, y era muy extraño ver a un forward correr y hacer un buen pase largo. Eran sólo los líneas los rápidos, los que corrían con el balón y dependían de los balones que los pesados limpiaban o recuperaban. Ahora son quince jugadores en la cancha con roles y hablidades muy parecidos, quizás sólo el line-out y el scrum los diferencia más notablemente, hoy en día los más pesados deben ser ágiles, correr, tener un buen pase y visión, y los rápidos deben ser fuertes al contacto y tener buena técnica de ruck y maul.

Aunque de todos esos factores responsables en la formación de los jugadores el entrenador es el más importante, todos, sin excepción deben trabajar en conjunto, y como una empresa, todos apuntando hacia la misma dirección.
Para una empresa su meta debe ser tener ganancias al final del año financiero y crecer como negocio a mediano o largo plazo, para un club de rugby las metas no son muy diferentes. Pero para atraer patrocinantes, nuevos o experiementados jugadores, y crecer como organización hay que ganar, ganar constante y convincentemente, no por casualidad o por mal desempeño o bajo nivel del equipo rival.

Cómo ser entrenador y no morir en el intento (II parte)


Mientras jugué rugby, varios entrenadores, algunos venezolanos, otros ingleses, australianos, todos distintos, con métodos diferentes me enseñaron “algo”, una parte del rugby que sé y conozco, Algunos aportaron mucho a mi formación como jugador, pero otros poco y hubo uno que fue contrariamente desmotivador y no aportó nada. Aunque pensándolo bien aprendí lo que no se debe hacer. De él copie todo, pero para no repetirlo.

Honestamente creo que ha sido el peor entrenador que he conocido, siempre llegaba a los entrenamientos sin un plan, y si lo tenía era siempre el mismo, el mismo calentamiento, los mismos ejercicios y pocas veces intervenía para corregir o cambiar algo, pocas veces le escuche la voz, asi que la comunicación no era muy abierta. Al final me fui de ese equipo y vi desde lejos como el equipo perdía una y otra vez, no sólo en puntos, también en motivación y jugadores.

Este coach murió en el intento y lo peor es que mató al equipo y las posibilidades de ser un equipo ganador y el chance de los jugadores jóvenes o nuevos de aprender.

Pienso que es muy importante que todo coach tenga visión o idea de lo que quiere lograr, además unos valores o principios que lo guien a hacer las cosas. Al inicio de la temporada pasada yo establecí a donde quería llegar con los jugadores y el equipo y escribi en un papel cada uno de los valores o principios que me ayudarían a desarrollar mis objetivos en cada entrenamiento. Al paso de las semanas esos prinicpios fueron mejorandose (gracias al feedback dado por los jugadores durante entrenamientos y juegos). Pero lo más importante es hacer posbile que tanto jugadores como yo disfrutemos el entrenamiento, nos divirtamos.

Mis valores son flexibles, los he cambiado en busqueda de la excelencia al momento de hablar con los jugadores, de planificar cada entrenamiento y en mi desempeño como coach dentro y fuera de la cancha

Cada entrenamiento se debe planificar detalladamente (especificando tiempo de los ejercicios, equipos a utilizar y número de jugadores participar), basado en la corrección de los errores cometidos en los juegos.

Yo reconozco mis limites y capacidades que tengo como entrenador por ello ando en una constante búsqueda de información, leyendo libros de entrenamiento, tomando ideas de otros coaches, ensayándolas y mejorándolas, y asistiendo a distintos cursos y seminarios. El rugby evoluciona y como coach tambien hay que evolucionar.
En Australia para mi lo más difícil ha sido el lenguaje, el cambio en el idioma. Todo mi aprendizaje y conocimiento de rugby era en español. Ahora me ha tocado aprender de nuevo, y mas aún cuando tengo que comnicarme con jugadores jóvenes.

La comunicación es absolutamente imprescindible para que haya un buen entendimiento entre jugadores y entrenador. Como entrenador siempre hay que comunicarse con respeto hacia los jugadores, árbitros, managers, representates y público en general, además debe hacerse con actitud positiva, y siempre motivar e incentivar a los jugadores; el peor error es regañarlos, gritarlos después de un juego perdido, lo mejor que se puede hacer es dejar los comentarios del juego para el entrenamiento, siempre escuche a sus jugadores, los jugadores siempre tienen algo que decir.

Cómo ser entrenador y no morir en el intento


Cuando yo empecé como entrenador en 1995, no había la cantidad de información y recursos de entrenamiento que hay hoy, es responsabilidad del entrenador buscar ideas nuevas, no simplemente copiarlas de otros, cada jugador es distinto, las necesidades del equipo son diferentes y los objetivos y metas también varían. Lo ideal es tomar ideas, modificarlas, mejorarlas y adaptarlas a los jugadores y al equipo.

En dos años de experiencia de rugby en Australia, he tenido la oportunidad de aprender mucho más cosas del juego y mejorar mi visión, técnica y habilidades como entrenador que me permiten ayudar a desarrollar y mejorar la técnica y habilidades de los jugadores.

Creo que todo entrenador deberia pasar por la experienia de entrenar a un equipo de niños como parte de su formación (yo al principio pensé que sería fácil porque yo había entrenado a equipos universitarios, pero no, es completamente distinto, más exigente y por ser niños requieren más atención).

Yo aprendí a ver el juego de Rugby desde otra perspectiva, ahora lo disfruto y aprecio más, ahora soy más paciente y tolerante y veo el éxito más a largo plazo. Para mi el éxito no es ganar un juego a toda costa, es ver que los jugadores puedan hacer en la cancha lo que les enseño en cada entrenamiento, y además sentir que los jugadores disfutan lo que hacen tanto como lo disfruto yo.

El entrenador es en definitiva el factor más impotante en el proceso de formación de los jugadores porque el debe ayudar a 15 jugadores dentro de la cancha a jugar un efectivo, seguro y disfrutable juego de rugby.
a. Enseñando habilidades y técnica, sin importar el nivel de los jugadores.
b. Chequeando el desempeño de todos los jugadores, siempre buscando errores y fallas, nunca piense que no hay fallas. Siempre hay algo que mejorar.
c. Corregiendo los errores y fallas de los jugadores, y
d. Motivando y estimular el uso de las habilidades y técnica en un ambiente de entrenamiento seguro y agradable, además en los juegos.

El rugby, mi pasión


Desde que empecé a jugar rugby en el año 1991 he sido un fiebrudo (asi le decimos en Venezuela a las personas apasionadas por algo) de este deporte, pero después de quince años jugando siento que ya es tiempo de colgar las botas, así que la temporada de 2007 será mi última como jugador pero no dejaré mi pasión por el rugby a un lado. Desde 1993 tambíén he sido entrenador de distintos equipos y la experiencia de enseñar a otros a jugar rugby me gusta mucho.

Como entrenador de rugby disfruto lo que hago, soy observador, arriesgado, me gustan los retos, soy flexible, abierto a las nuevas ideas, cambios. Soy apasionado por el rugby donde los jugadores tienen la oportunidad de jugar, disfrutar y demostrar sus habilidades; hay respeto y colaboración existe la camaredería, el compañerismo entre los que estan dentro y fuera de la cancha. Soy amante del rugby como un estilo de vida, como parte de desarrollo integral del individuo y como deporte de experiencias y amigos inolvidables.

Asi que después que me retire como jugador me concetraré en entrenar a otros. Durante las dos últimas temporadas he aprendido y entendido que el papel de un entrenador es ayudar a desarrollar y mejorar la confianza, habilidades y técnica de los jugadores y darles la oportunidad de tomar riesgos, decisiones, y de usar todo lo aprendido en la cancha. Pero lo más importante es hacerlo con alegría y disfrute, porque si ellos no disfrutan lo que hacen se desmotivarán y no regresarán al próximo entrenamiento, la siguiente temporada.