Tuesday, March 27, 2007
Ensayo y Error
“Errar es de humanos” dice la frase pero probablemente uno de los mayores temores que tenemos los seres humanos es a fallar, cometer errores, equivocarnos. Y en la mayoría de los casos buscamos la perfección en lo que hacemos y por ello, muchas veces dejamos a un lado nuestras fallas y no nos preocupamos por corregirlas, solo nos enfocamos en las fortalezas, en lo que mejor hacemos. Pero como entrenador de rugby debe ocurrir todo lo contrario, porque las fallas nos permiten ser mejores. “ Y como dicen por allí la perfección es enemigo de lo bueno”. Así que como entrenador es mejor atreverse a ensayar cosas nuevas, cometer errores y corregirlos hasta hacerlo bien.
El pasado miércoles fue el cuarto entrenamiento de la temporada. Cada entrenamiento lo pienso por varios días y lo planifico basado en los errores o debilidades de los jugadores durante la última práctica o el juego. Aunque hay otra forma, para algunos quizás más fácil: se planifica basado sólo en “las fortalezas” del equipo y se establecen patrones de juego que los jugadores deben aprender y ejecutar una y otra vez hasta la perfección. Pero este plan no permite que los jugadores corrijan sus errores y ejecuten habilidades o técnica “naturalmente”
El plan.
La planificación de cada entrenamiento debe ser detallado, y progresivo, es decir se debe comenzar siempre con un ejercicio fácil y terminar con otro más difícil, se debe especificar tiempo de duración, materiales a utilizar (balones, conos, sacos), el tamaño del espacio a utilizar y el número de participantes. Es muy importante hacer énfasis en los factores que inciden en la correcta ejecución de la técnica (como por ejemplo la posición del cuerpo durante el contacto).
Para mi es realmente difícil planificar entrenamientos de sólo una hora, más aún cuando son jugadores de corta edad, que requieren mucha atención, se distraen fácilmente y pierden la concentración, además su memoria es más corta que la de los adultos. Por eso deben ser entrenamientos donde los jugadores se diviertan y aprendan progresivamente.
Algunos errores
Después de mi experiencia del año anterior no hice ningún plan detallado para el primer entrenamiento. Ese día se hacen las respectivas presentaciones de los jugadores, entrenador, manager y de todo aquel ligado con el equipo, por eso el primer día es muy corto, sólo treinta minutos. Hacer un plan detallado hubiese sido pérdida de tiempo. Solo planifiqué que jugaran tocata, con algunas variantes, y eso ayudaría a que se conocieran, se rompiera el hielo. Y a mi me permitió revisar las habilidades y técnica de los jugadores, ya que la mayoría eran nuevos.
En la segunda practica si hice un plan detallado, pero no funcionó muy bien, fue un poco desastroso el entrenamiento, los jugadores estaban como “eléctricos”, muy distraídos, desconcentrados y no logré captar la atención de todos. Trate de hacer un ejercicio con pelotas de colores que ayuda a mejorar la visión y concentración pero más pudo “lo otro” que los distraía. Persistí con las pelotas de colores hacienda otro ejercicio pero tampoco dio buen resultado. En casa, revise todo el entrenamiento, de arriba abajo, todo lo que había pasado, los ejercicios que planee y la dificultad mostrada por los jugadores en la ejecución. Y llegue a la conclusión que fue definitivamente la concentración y atención de ellos. Entonces me revise yo, como lo planee, y como se lo explique a los jugadores. Fue entonces cuando me percaté que debía ser mas explicito, preciso y dejarles un poco más claro porque hacíamos ese ejercicio y poco a poco ir aumentando la dificultad. Mi error fue asumir que ellos siempre son capaces de hacer o entender algo “que no es tan difícil”, pero siempre hay dificultad, de mayor o menor grado para cada uno de los jugadores, por eso hay que explicarlo todo, claro y detallado.
En la siguiente sesión, pensé que podía recuperar, de cierto modo, el tiempo perdido en las dos sesiones anteriores. Planifiqué seis ejercicios, algunos de manejo de balón otros de contacto (tackle e introducción del ruck) en una hora. Fue demasiado, al final sólo pudimos hacer cinco, explicados detalladamente, y muy bien ejecutados, aunque todavía hay fallas que corregir.
Aprendí entonces, que no es importante la cantidad de ejercicios que se planifiquen y hagan sino la calidad, y es la dinámica del grupo la que determina cuando un ejercicio “bien hecho” termina. Calidad debe ser el moto de todo entrenador.
En el último entrenamiento, el pasado miércoles, la interacción y comunicación con los jugadores fue muy buena, ahora al inicio del entrenamiento, hablamos de las fallas y lo que vamos a hacer en el entrenamiento, la planificación estuvo mejor, el plan esta estructurado en cuatro partes: calentamiento, ejercicios individuales, ejercicios de grupo y juegos dirigidos. Esta vez la dinámica del grupo me permitió que cumpliéramos con casi todo el plan.
En conclusión puedo decir que es muy importante comunicarse siempre con los jugadores, ser flexible y estar siempre abierto a cambios en el plan, además de no forzar o presionar a los jugadores a cumplir todo al pie de la letra, y de no temer a probar ejercicios nuevos y mucho menos a equivocarse.
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Ser entrenador
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