Lo peligroso es cuando se convierte en cotidiano, fecuente y se comvierte en parte de la experiencia necesaria, en costumbre e incluso disfrute. Creanme que es muy fácil caer en ese estado, y muy dificil salir de él.
Yo me he conseguido con jugadores, equipos que nunca han ganado, no conocen la victoria. Incluso son buenos atletas pero su mente esta acostumbrada a fallar, y por más que entrenen siempre pensaran y hasta dirán en voz alta que perderán, que no pueden ganar y fallan nuevamente.
Hace muchos años, cuando apenas comenzaba mi carrera como rugbista, escuche a mi entrenador decir que el partido que habíamos perdido le había quitado el sueño, en aquel entonces pensé que era exagerado, quizás me pareció gracioso y pude haber reído, no lo recuerdo, pero hoy después de tantos años lo entiendo
Para mi perder un partido es muestra de que algo falla, algo no esta bien y eso me afecta, me quita el sueño, pienso durante un par de días las razones del mal resultado, reviso el entrenamiento de esa semana, el plan de juego, el equipo y hago ajustes y cambios en cada uno de los elementos que creo fueron la cuasa de la derrota. Incluso si es algo que yo, como coach, hice mal.
Yo he descubierto que soy demasiado competitivo, me gusta demasiado ganar y siempre trato de hacerlo, claro está apegado a las reglas, y no soy un mal perdedor, cuando me toca reconozco la superioridad de mi oponente y acepto el resultado.
Quizás es parte de lo que se me enseño en casa, cuando era niño, que debía ser el mejor, en lo que decidiera hacer como profesional, en mi vida personal, siempre debia ser el numero uno, error o no de mis viejos, no lo se, pero es el origen de mi competitvidad y de mi frustración cuando no lo consigo.
Y lamentablemente en el deporte, puede sonar injusto o no, pero un coach siempre sera catalogado de bueno o malo por su record de triunfos, campeonatos ganados, trofeos conseguidos.
Por eso me importanto tanto perder y este fin de semana lo hice dos veces.
Resultados aversos
Este fin de semana perdí los dos juegos, tanto con el quipo del colegio (25-19) como con el equipo del club (26-25), y por primera vez me di cuenta que mis sentimientos hacia el resultado en ambos casos fue distinto, los dos me importan mucho, pero en uno sentí satisfacción y en el otro decepción. Y la diferencia esta en el nivel de expectativa que tengo con cada grupo.
Con el equipo del colegio por supuesto que quiero ganar, y este fin de semana espero hacerlo por primera vez con este grupo, que en la temporada anterior no ganó un encuentro; pero ganar el campeonato todavía esta lejos, quizás el próximo año. Hay muchas cosas que hacer y mejorar todavía y sería irreal, irresponsable pensar que es posible hacerlo esta temporada.
Pero con el equipo del club, con el cual tuve una excelente pre temporada, tenemos chance de llegar a las finales, a pesar que estamos jugando una division más arriba de la que yo esperaba. Tengo un buen equipo, muy balanceado, un buen pack y una linea rapida, con fortalezas y debilidades, pero con determinación a mejorar y ganar.
Hempos ganado dos encuentros y hemos perdido en igual número de ocasiones, han sido derrotas en los últimos minutos, la de este domingo fue con la última jugada, ellos corrieron y movieron el balón de un lado a otro, no tackleamos, y vimos pasar al atacante entre nuestras lineas sin hacer mayor esfuerzo. Anotaron y nos ganaron con la conversión.
Por algún motivo perdimos el foco, la compostura en los momentos finales, y eso es algo que debo mejorar antes del proximo encuentro.
La preparación mental en ambos conjuntos es una necesidad imperativa, en ambos debo cambiar la mentalidad de perdedores y fortalecer la idea de ser ganadores, ninguno ha ganado el campeonato todavía, pero en el club, la idea de siempre perder ya esta casi erradicada, ya hemos ganado juegos este año y vamos terceros en la tabla de posiciones. Mientras con el colegio, lo mejor que hemos logrado fue un empate en la pre-temporada, una victoria, solo una, seria el inicio de este cambio.
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