Monday, June 10, 2013

Nada funcionó esta vez




Mi equipo Albany Creek Brumbies U17 perdió la gran final 21-0 ante Gold Coast, y termin,amos segundos a pesar que seguí cuidadosamnte todos los "ritos", igual que cada semana anterior al partido de la gran final.

La suerte, entre otras cosas que influyeron en el resultado adverso, no estuvo de nuestro lado esta vez. Me puse los mismos pantalones negros, la camisa del uniforme, y los zapatos que use en cada juego. Pero definitivamente la suerte no lo es todo, hay que salir a buscar el juego, cuidar y mantener la posesión para crear y explotar oportunidades y nosotros no estuvimos en nuestro mejor nivel, podría decir que ese fuel el peor juego de todos.

Equivocadamente caímos en el juego de patadas que planteó el Gold Coast, y jugamos pateando de vuelta, regalando nuestra posesión, muy poco parecido a lo que habíamos planteado, planificado como conjunto. Las patadas fueron nuestra debilidad, no teníamos buenos pateadores aí que la idea era mantener el balón en mano y avanzar con los forwards, tratando de agrupar defensores y abrir espacios.

Rápidamente la rabia, frustración, los errores y penales innecesarios aparecieron y poco a poco se fue haciendo evidente un nivel de juego que se alejaba de lo que habíamos mostrado durante todo el campeonato. Un penal frente a nuestros palos y un try daban una temprana de 8-0 al equipo del Gold Coast, el mismo equipo que un par de semanas antes habíamos derrotado 12-10.

Tuvimos dos oportunidades consecutivas de anotar puntos, cuando el referee castigó con penal a la defensa opositora dentro de sus veintidós y frente a los palos, alejados de nuestra estrategia de juego, los jugadores decidieron cobrar rápido pero el portador del balón lo hizo sólo, sin apoyo y perdimos el oval en el contacto, sin posibilidad alguna de anotar, en ambas ocasiones.

Gold Coast jugó bien, mejor que nosotros, a pesar de nosotros ser mejor equipo, pero no siempre gana el mejor equipo sino el que juega mejor, con más intelegencia y con cabeza fría, alejado de pasiones, temores, y sin subestimar al oponente.

Después de una semana sigo pensando en los motivos de nuestra derrota, para mí es la tercera en una final, en los últimos tres años y definitivamente hay algo que no esta funcionando, que no estoy haciendo bien. Hace poco, buscando respuestas, leí un artículo sobre la presión que se ocasiona por las expectativas que se tienen de los jugadores, del equipo y tiene bastante sentido para mi.

Necesito segir leyendo y consultar a quienes saben sobre esta materia, porque creo que ese puede ser el motivo del pobre performance de mi equipo en las finales. Por segundo año consecutivo mi equipo no anota un punto en el último partido del campeonato.  Quizás, sin querer creo demasiadas expecativas, ansiedad con todo el estimulo que le doy a mis jugadores, en los entrenamientos, en las comunicaciones, emails,  antes de los juegos finales.

Al principio de la temporada, todos establecimos como gol llegar a la final y ganar el campeonato, y todo el campeonato motivé a mis jugadores y nos concentramos en metas a mas corto plazo, ganar el partido del fin de semana hasta llegar a la final. Lo hicimos, pero las expectativas y la ansiedad antes de la final fueron muchas y yo también caí en ese nivel exagerado de ansiedad y todos no pudimos contrarlo. Y cuando pienso en años anteriores fue una situación muy similar.

Perdíamos 15-0 al final de la primera mitad, teníamos como regresar al partido y ganar el campeonato, y mi mensaje a los jugadores fue de motivación de levantarles el ánimo y eso creo que aumento la ansiedad, porque mi mensaje fue para ganar el juego, y erróneamente salimos como perros ansiosos, desesperados de atrapar la presa, cegados por las ganas de atraparla. Y no pasó mucho después del pitazo de la segunda parte cuando fuimos penalizados nuevamente.

Creo que el mensaje debió haber sido de calma, en lugar de mostrar pánico a perder el juego. Y allí pudo haber estado la diferencia.  Debí haber hecho más referencia a olvidar lo ocurrido en la primera parte y como usar mejor el balón, para poco a poco, con paciencia, ir anotando puntos, reducir la ventaja e intentar ganar el juego.

Otro de los factores fueron las lesiones y el agotamientos de mucho de mis jugadores que debieron jugar hasta dos encuentros el día anterior al partido de la gran final. Un juego a nivel escolar, el cuald definía quien jugaría en el equipo A o B y otro en horas de la noche, que era un juego de exhibición, entre jugadores aborígenes y una selección escolar en el Suncorp Stadium, antes del juego de los Queensland Reds.

Mi línea, mi principal arma de ataque estaba exhausta, lesionada, destruída físicamente y justo antes del calentamiento por recomendaciones del médico del equipo debí hacer cambios de última hora. En el medio tiempo mi apertura no pudo continuar, y nuevamente hubo cambios.

Poco a poco mis jugadores caía en la cancha como carta de naipes que no podía levantarse sin ayuda, y Gold Coast seguía pateando balones hacia el fondo, cada vez que intentábamos jugar en su mitad; haciéndonos retroceder, desorganizarnos y poniéndonos bajo presión nuevamente. Ya no teníamos la fortaleza ni velocidad para salir de nuestra mitad corriendo con el balón y nuevamente caíamos en el juego de patadas. Y se esfumaba el sueño de ganar el campeonato.

A pesar del resultado, y de la inesperada mala actuación en la final, estoy muy orgulloso de cada uno de mis jugadores, y estoy muy agradecido por todo el apoyo brindado; esta fue nuestra primera temporada juntos, como equipo y todos hicimos un gran esfuerzo, con alma y corazón y como resultado ganamos nueve juegos y solo perdimos uno, desafortunadamente la gran final. Pero vamos a mejorar para regresar más fuertes y sin rendirnos vamos a intentar nuevamente a ganar el campeonato.







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