Sunday, March 23, 2008

Revolución Roja

La temporada pasada escribí un artículo con el mismo título y hablé sobre una crisis que atravesaba el equipo los Reds de Queensland. Ahora es un nuevo artículo con el mismo título pero con un enfoque distinto. No es una continuidad del artículo anterior.

Los Reds con nuevo coach y con seis cambios en su alineación del partido anterior, enfrentaba en el Suncorp Stadiun (aqui en Brisbane) a los Bulls de Suráfrica, los campeones del Super XIV - 2007. Consegui tres tickets e invité a mi hermano para que nos acompañara a mi esposa y a mi y viera su primer partido de Super XIV.

Los Reds eran un equipo distinto, después de la derrota ante los Stormers 16-34, el último equipo en la tabla. Seis cambios, hizo el nuevo entrenador Phil Mooney, incluido el capitán, Joe Roe dejaba el liderazgo por siempre, después de varios años no muy exitosos e incluyó, además,a un grupo de jugadores con poca experiencia, pero dispuestos a mostrar su calidad tanto en la primera como en la tercera línea y en los centros. Por su parte el equipo campeón llegaba a Brisbane con muchas pretensiones después de vencer a los Lions 31-17 la semana anterior y dos derrotas consecutivas en la ronda dos y tres ante los Crusaders de Nueva Zelanda 19-54 y ante el mismo rival de la final del 2007 Los Sharks 15-29.

Yo como parte de los apenas 16 mil espectadores que medio llenaba las tribunas, esperaba ver a Habana, el rápido wing surafricano, atravesar varias veces la línea de try y hacer alarde del premio otorgado por IRB (en ingles, International Rugby Board) como mejor jugador del año en el 2007. De cualquier forma me equivoqué. Los inexperimentados jugadores no creyeron en títulos ni pretenciones, dejaron a un lado la derrota de 92-3 en el 2007, y anotaron cinco tries, tres conversiones y tres penales para un total de 40 puntos y vencer por diferencia de 32 tantos a los sorprendidos e incrédulos jugadores y fanáticos visitantes. El público local también estaba sorprendido, incluído yo y mis acompañantes, pero no dejaba de cnatar, aplaudir y vitorear a los nuevos héroes.

Desde 2006 el equipo de Queensland no anotaba más de cuatro tries en un partido, y que manera de hacerlo, jugando buen rugby y derrotando 40-8 a los campeones del 2007, bien merecida la ovación que los hombres de rojo recibieron de su público, cuando le dieron la vuelta al ruedo, esta vez como vencedores, al final de los ochenta minutos. Habana no anotó.

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