En los últimos tres años he hecho énfasis en que deben comer los jugadores antes y después de entrenar o jugar. Hay quienes dicen que cada quien es lo que come y deportivamente hablando esta comprobado que lo que se come incide directamente en el rendimiento.
En temporadas anteriores me limite a investigar, recopilar información y transmitirla por escrito a los jugadores y sus representantes (padre, madre, o aquella persona que viva con el y sea responsable de su alimentación) y en cierta forma, al final, sentí que el resultado no era el que yo esperaba, habían jugadores que todavía no comían nada o no lo hacían apropiadamente, y su rendimiento tampoco era el esperado. En mi equipo había jugadores con gran potencial, que en la cancha lucían fatigados, lentos después de los primeros 20 minutos.
Concluí, entonces, que el hecho de transmitir la información sobre papel, email o en una reunión no estaba siendo completamente efectiva, así que tenia que buscar otra forma de hacerlo.
Fácilmente se podría pensar que el bajo rendimiento es debido a la falta de condiciones físicas o sobre entrenamiento. Pero al considerar el numero de horas o días que los jugadores entrenan o juegan durante una semana y el tipo de alimentos que muchos ingieren antes y después de entrenamientos y juegos (Refrescos, salchichas, hamburguesas, jugos envasados, golosinas) puedo decir que lo que comen no les permite recuperarse rápidamente, reponer fluidos y estar listos para la siguiente sesión o juego.
Este ano junto a los otros entrenadores, manager y nutricionistas pensamos que educar a los jugadores y sus representantes, enseñarles que comer seria la mejor solución. Asi que la nutricionista del equipo elaboro un menú, con distintas opciones. Dividimos a todos los jugadores en distintos grupos, ocho en total, y cada grupo debía preparar o traer algo apropiado de comer (frutas, enrollados de pollo, sándwiches de jamon, queso y ensalada, yogurt, muffins, panquecas) para todos para después de cada entrenamiento.
Lo más importante es que los alimentos fuesen bajos en sal, azucares y grasas. Por ejemplo, una reciente investigación llevada a cabo en Gran Bretaña, demostró que leche con chocolate es una buena fuente de electrolitos y proteínas y es mucho mejor recurso para la hidratación y recuperación de fluidos y energía, pero, según nuestro nutricionista, esta debe ser diluida en mas agua para reducir los niveles de azúcar del chocolate.
Puedo decir que el experimento de enseñarlos a comer fue un éxito, no solo porque los jugadores comían mejor y su rendimiento mejoro, también por que sus representantes aprendieron a que hacer y como prepararlo. La pregunta que me queda es si solo comen bien los días de rugby y cuando no hay entrenamiento o juegos continúan comiendo hamburguesas, salchichas, o refrescos. Ojala y no. Ojala y se haya creado una especie de conciencia colectiva de comer mejor para jugar mejor.
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