Ese día nos paramos un poco más tarde de lo acostumbrado, desayunamos, hablamos un poco del juego, como lo afrontaríamos, cual era el plan, y lo importante que era ganar. Caminamos un poco cerca del hotel para relajarnos un poco.
Llegamos a Leighton Park School pasada las 1230, nos recibieron muy amablemante y nos dieron un tour por las instalaciones del colegio. Estábamos ansiosos, queríamos jugar. Calentamos y a las 2 pm fue el pitazo que marcaba el inicio de nuestro último juego en Londres.
La primera mitad fue lenta, nos costó mucho romper la línea de defensa, pero poco a poco fuimos avanzando, rompiendo líneas y atacando puntas, solo pudimos anotar un try en la primera parte, y al final perdíamos 20-5. Sabía que si perdíamos viajríamos a Paris desmotivados, destruídos moralmente y sería muy difícil ganar el torneo.
Mis palabaras en el medio tiempo tenían que motivar a mis jugadores. Fui puntual, Después de decir las cosas positivas, les dije las tres cosas que debían mejorar y como lo haríamos. Salimos con mayor agresividad en el juego de los forwards y la línea tuvo más balones y oportunidades para atacar. Anotamos tres tries consecutivos y empatamos a 20.
Desafortunadamente todos los tries fueron en las esquinas y no tuvimos efectividad con las conversiones. A poco del final nos fuimos arriba y pareciá que nos iríamos con la victoria, como lo habíamos planeado, pero por alguna razón el juego se extendió hasta que apareció un try contario y el marcador final fue 25-25.
A pesar de no haber ganado debíamos estar contentos, habíamos anotado cinco tries y casi ganamos, después de haber sido derrotados 57-0 por los Leicester Tigers, dos días antes. Estábamos listos para ir a Paris.
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