Thursday, May 21, 2009

Hace siete años...

Hace unos días mientras leía una revista de rugby me conseguí una promoción del torneo de Sevens de Barcelona e inmediatamente mi mente volo en el tiempo, retrocedió y se llenó de recuerdos. Hace siete años, en Mayo del 2002 el equipo de Buhos reforzado con un grupo de panas de la UCV y un coliado (también pana, a pesar de nuestras diferencias) de la Universidad Catolica realizó el Tour Barcelona-Londres, la mejor experiencia que he tenido como jugador de rugby.

Llegamos a Barcelona, y jugamos un partido de calentamiento contra un equipo universitario, jugamos un poco desordenados pero ganamos ese juego. Al dia siguiente jugariamos el Torneo de Sevens de Barcelona y todavia siento la emocion de la victoria en el primer partido ante un equipo ingles, y de ganar el siguiente partido pasariamos a la ronda de oro y eso nos emocionaba más. Recuerdo que después de ese triunfo, nos fuimos a caminar a la playa y a relajarnos un poco. El segundo juego fue duro, contra un equipo Italiano, perdimos, quizas la inexperiencia nos hizo sucumbir ante el juego fisico de los azurris.

En la ronda de plata nos tocó jugar contra un equipo francés, y ese juego, honestamente, no nos lo tomamos en serio y por eso perdimos, y al final ocupamos el puesto 13 de veinticuatro participantes, nada mal para ser la primera vez, pero nos quedamos con las ganas de más, pudimos hacerlo mejor. Como en la vida cotidiana donde las horas, los dias, no se repiten, los juegos de rugby tampoco y ese tour del 2002, con aquel grupo de amigos tampoco se repitará, por eso hay que darlo todo cuando se presente el momento, la oportunidad en frente de nosotros, no después.

El tercer tiempo fue fantastico, fue una celebración conjunta con la final del Mundial Femenino de Rugby, algo extraña la fiesta, pero igual nos divertimos y nos ganamos un premio de consolación por haber venido de tan lejos.

Al dia siguiente partimos hacia Londres, donde jugamos un par de encuentros, uno contra los campeones del torneo de Barcelona, el cual perdimos, no recuerdo el marcador pero no fue tan mal. Y el segundo contra un equipo mas parecido a nuestro nivel, en mi opinion lo ganamos, cerrado, pero ganamos, aunque el arbitro concedio un empate.

Pero la visita a Twikenham la catedral del rugby, creo que fue lo mejor de todo, y es algo que todo rugista deberia hacer. Entramos por donde llegan los jugadores antes de cada partido, recorrimos los pasillos antes de llegar al camerinos inglés, el cual tenia, en cada puesto, todavía los nombres de los jugadores , que habían participado en el partido del día anterior ante los Barbarians.

Después de las respectivas fotos, salimos del camerino y nos formamos, uno detrás de otro, como cualquier equipo antes de salir a jugar, con balón en mano teníamos ante nosotros la puerta que nos separaba del engramado. No habia equipo rival, solo nuestra imaginación nos permitía soñar que jugaríamos. Igualmente hubo conteo hasta tres y se abrió la puerta y entró una luz enceguecedora pero que no opaco la carrera y el grito de emoción que pegamos todos y que se hizo eco en un estado vacío pero igualmente inminente, majestuoso.

Sin pisar la grama, nos tomamos fotos y soñamos con algún día jugar allí. Luego subimos al restaurante donde los jugadores comen después del encuentro e igualmente recorrimos el salón especial donde sólo la reina, los miembros de la realeza y los invitados súper especiales tiene acceso. Curiosamente a la reina no le gusta el rugby, así nos dijeron, pero en todas las fotos aparecía saludando a los capitanes de las distintas selecciones que han jugado en el estadio inglés.

Antes de terminar nuestro recorrido nos pararon en el palco real y con nuestra bandera tricolor en mano, entonamos el himno de nuestro país. Una experiencia única, tristemente irrepetible. Pero alli quedan las fotos, testigos de este tour.

Al momento de regresar Enrique decidió quedarse, probar suerte y empezar una nueva vida. Todavía sigue allá y desde entonces no lo veo pero le ha ido muy bien, se casó. Damian está en Escocia, Francisco, Jorge, Anibal, Luis, Carlos, Juan Carlos, Jesús (el guapo Ben), Faver, Thomas, Omosito (increiblemente tambien casado) y David siguen en Venezuela, y mi hermano y yo estamos en Australia.

Ojalá algún día nos podamos reunir de nuevo, ver las fotos, tomarnos unas birras y porque no, jugar de nuevo y recordar viejos tiempos.

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