Llegamos a Paris con pretensiones y con un único objetivo en mente: Ganar el torneo de Disney. No había cabida a derrotas y fracasos, ni siquiera en nuestra imaginación. Nunca les deje de decir a mis jugadores que eran los mejores sobre la cancha. Arrogancia? Quizás, un poco nunca esta mal.
Jugamos dos encuentros antes del torneo ante equipos franceses, los cuales sin menospreciar el nivel de los locales, sirvieron de calentamiento. En Francia el rugby infantil se rige por unas reglas un poco distintas a las australianas, lo cual marco una gran diferencia en nuestro estilo de juego. Afortunadamente pudimos hacer unas modificaciones y adaptar nuestro juego unas semanas antes del primer encuentro ante AS Lagny.
Las reglas francesas para jugadores de 15 anos son las mismas o muy equivalentes a las utilizadas en Australia en las categoría de 10-12 anos. Por ejemplo se juega doce por lado, la cancha es mas corta, no se empuja en el scrum y no es permitido levantar o ayudar al saltador en el line-out. Tres anos no parecen mucho, pero técnicamente hablando son una enorme diferencia y una muestra de ello son los resultados.
El primer partido fue un poco lento al principio, creo que fue poco la adaptación a las reglas francesas, mis jugadores estaban un poco perdido en la primera mitad, pero ganamos 67-15 y en el segundo encuentro, ya un poco mas acostumbrados, la diferencia fue mas evidente 94-0 ante Val d’ Europe.
Yo esperaba conseguir un mejor nivel de parte de los franceses, lo cual me sorprendió un poco, pero jamás permití confiarme y dar por garantizado nuestro triunfo en el torneo de Disney, el cual se jugaría con las reglas inglesas, las mismas que las que usamos aquí. Todo lo contrario temía que los jugadores se sintieran por demás sobrados, con demasiada confianza y no dieran lo mejor de si en los partidos del campeonato.
Llegamos al hotel de Disney, el mismo donde se hospedaban todos los equipos. Después de dejar las maletas en las cabañas, nos cambiamos y caminamos los dos kilómetros hasta la piscina, y de regreso nos topamos con los equipos ingleses que participarían en el torneo, hubo intercambio de palabras y preguntas de lado y lado.
Ver el comportamiento de ambos en ese momento de “enfrentamineto” y lo que ocurriría después entre ambos grupos fue bien interesante. Nuestro primer intercambio fue solo con un grupo, no menos numeroso, pero si mas pequeños y “las amenazas” de victoria y bromas los apabullaron y los hicieron retornar a sus cabañas rápidamente. Seguimos caminando, bromeando un poco y especulando sobre lo que enfrentaríamos al día siguiente, pero eso no fue por mucho tiempo, porque luego, detrás de nosotros vendrían los mas grandes del equipo británico que vinieron a “presentarse” y a responder nuestras palabras. Se estableció un duelo, absoluto entre caballeros y se mantuvo el espíritu deportivo.
Después de estrechadas las manos entre ambos equipos, le pedi a mi grupo respeto hacia el oponente. Acto seguido nos fuimos a descansar. Les dije que antes de cerrar los ojos, pensaran, se imaginaran que ocurriría mañana, que se vieran a si mismos jugando, corriendo, pasando la pelota, anotando tries y ganado el partido. Un poco de visualización.
Fueron tres partidos el primer día, de quince minutos cada tiempo. Perder el tiempo y cometer errores seria costoso, no había tiempo de recuperarse, eso se lo hice saber a mis jugadores, así que jugamos con intensidad, como si fuese los últimos quince minutos de un encuentro.
Salí a la cancha con el mejor equipo, necesitaba ganar el primer juego para ganar confianza y disipar cualquier duda o temor que quedara por allí rezagado. Aunque tenia algunos jugadores lesionados, no era mayor cosa y todos pudieron jugar. Todos participaron en cada uno de los encuentros. Aunque el final solo uno no pudo jugar debido a una torcedura de los ligamentos, lo cual seria demasiado peligroso para el. Rotarlos a todos incluso de salir a la cancha con un equipo menos fuerte al segundo juego, nos permitió llegar a la final con un equipo sólido, descansado física y mentalmente.
Entre juego y juego teníamos menos de una hora para enfriar, recuperarnos (comer algo ligero e hidratarnos) y calentar de nuevo, teníamos que mantener la intensidad, si aflojábamos un poco se iría al animo por la borda. Así que apenas sonó el silbato del fin del primer partido, enfriamos y estiramos dentro de la misma cancha, luego trotamos suave, nos hidratamos y comimos una pequeña porción de frutas a un lado de la cancha (durante 15 minutos) y a 30 min del pitazo del segundo juego comenzamos nuestra rutina de calentamiento.
No tuvimos tiempo de nada. Esa hora fue tan intensa como los cinco minutos de descanso entre cada tiempo: 1 minuto para tomar agua, 1 minuto para que los jugadores hablen entre ellos, 1 minuto para dividir el grupo en forwards y lineas y que cada coach hable con su respectivo grupo, 1 minuto para que el head coach hable con todo el equipo y diga cual es la estrategia del equipo a seguir para ganar el juego y 1 minuto para el capitán y el grito del equipo
En el segundo juego cambie la alineación inicial, pero eso no afecto nuestro rendimiento, jugamos con mucho mas confianza. Fue una victoria fácil, y nos tocaba prepararnos mentalmente para jugar contra el mejor equipo del grupo, el mismo que dos días después enfrentaríamos en la final.
Maidstone A no puso mucha resistencia y ganamos cómodos, aunque sabia que la final seria diferente, pero sabia que esta victoria era una ventaja psicológica, asi que la celebramos, hicimos ruido. Queria que Maidstone nos temiera, sintieran la presion, pero ellos lo manejaron bien, salieron a la cancha con temor pero resistieron, no nos permitieron anotar y lo hicieron primero. Fuimos demasiado confiados? Arrogantes? Quizás, lo suficiente para recuperarnos, ganar y demostrar que, como dije cuando llegamos a Paris, éramos los mejores.
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