Nuestro hotel, los primeros días, estaba ubicado a las afuera de Paris, como a 25 minutos del centro, cuando no había trafico, nunca. Las interminables colas desde el centro hasta las afueras de la ciudad o viceversa, a cualquier hora, día, me sorprendieron tanto hasta causarme molestia. No había excusa para no quedar atrapado por una o dos horas en una cola todos los días. Me recordó las interminables colas caraqueñas de tres y mas horas.
Cuando almorzábamos en la ciudad (los dias de juego) debíamos salir del hotel al cerca del mediodía, llegábamos después de hora y media al restaurante y seguido después del almuerzo abordamos nuestro autobús para irnos al partido que comenzaría a las 630 de la tarde. Una perdida inmensa de tiempo.
Si en algún momento regresamos a la ciudad de la luz, no me quedaría a las afuera, la perdida de tiempo y el cansancio es tanto que llega al limite de la intolerancia, la rabia y el desespero. Un estado de animo que para un equipo de rugby no es nada positivo. Cualquier cosa podía pasar en el autobús cuando el obstine superaba a la paciencia de los chicos de quince anos. De hecho un día hubo reclamos de parte de la compañía de autobuses, porque lo dejamos sucio y en mal estado.
Cuando no teníamos el autobús (solo tres días) caminábamos hasta la estación y tomábamos el tren eran unos tres cuatro kilómetros caminando, siempre lo hacíamos en grupo, así que era fácil distraerse y el tiempo pasaba rápido. En la mañana que llegamos, el contrato con el autobús era solo para el traslado hasta el hotel, asi que caminamos hasta el tren para ir a la ciudad por primera vez. Enfrente de la estación, ese domingo, había un mercado, allí desayunamos. Fue nuestro primer bocado de pan francés y queso emental, falto el vino rojo.
Los tres hoteles
El primer hotel donde nos hospedamos se llama Saphire . Es un hotel tres estrellas de cinco pisos, con grandes espacios, algo poco común en un hotel parisino. Las habitaciones cómodas, sin mayor lujo, estaban bastante cómodas, como para hasta cuatro personas. Nosotros dividimos a los chicos en pares y tríos.
El hecho de que ellos estaban solos en las habitaciones (sin un adulto me preocupaba, sobre todo por el hecho que se escaparan de las habitaciones durante las noches o intentaran meter chicas en los cuartos. Afortunadamente nada paso, ellos asumieron su responsabilidad (con algunas excepciones) y se comportaron excelentemente.
Aunque escuche rumores que durante la ultima noche en Paris (estábamos en otro hotel en la ciudad) tres jugadores se escaparon de su habitación y caminaron por la calles, pero no hay pruebas, nadie los vio, ni paso nada (gracias a Dios) así que solo es un rumor y así lo dejo.
El Saphire tenía una piscina temperada, un gimnasio, un sauna y una mesa de ping pong la cual ayudo a distraer a los chicos un poco durante varias horas. Hasta que se aburrieron y empezaron a ocurrir cosas, (especialmente durante los últimos días de nuestra segunda visita) como pelotas y raquetas rotas,
Cerca del hotel había una estación de servicio, el lugar de compras por excelencia de los chicos cuando querían saciar su necesidad de azúcar. Cuando querían ir (siempre) íbamos en grupo, no le permitíamos ir solos, debían estar acompañados de un adulto. Me toco ir en repetidas ocasiones y vigilar que no compraran refrescos y dulcen en exceso. Cuando lo hacían se sobre-estimulaban y las noches se hacían interminables. Caminaban por los pasillos, se cambiaban de habitación, no dormían bien, y al día siguiente recibíamos reportes de algo que había ocurrido.
Después del torneo regresamos a este hotel, fue el retorno a lo ya conocido, ahora lucia viejo, descuidado, se sintió extraño, creo que fue la sensación del primer día, cuando en realidad ya había estado allí y era el penúltimo antes del viaje de regreso, fue como un deja vu. Pocos comimos esa mañana, y creo que nadie quería estar ni comer allí más tiempo. Pero el volcán y el cierre de los aeropuertos cambio nuestra fecha de partida. Esa es otra historia
Papas fritas y pan
La comida fue bastante standard, nada especial, sobre todo en el primer hotel. Al principio el pan francés, los croissants, el queso, el jugo, sabían delicioso pero después de tres días comiendo lo mismo, no apetecía, no provocaba comerlo. Extrañaba las arepas.
En un par de ocasiones (los dias de los juegos ante los equipos franceses) el amuerzo fue en un restaurante cerca del Arco del Triunfo, eras un buffet que incluía ensalada o postre, bebida y un plato caliente con un tipo de carne (cerco, pescado, pavo, vaca) y acompañante (arroz, vegetales o papas fritas) y pan. Era un restaurante bastante concurrido por los locales que cerca trabajaban, así que el precio debió ser solidario.
El pan y las papas fritas estuvieron siempre presentes en nuestro menú. Los jugadores no se aburrieron de ello y lo hicieron cada vez que podían ni tocaban los vegetales (lo cual era una rara inclusión en nuestro plato) Hubiese preferido mas vegetales.
Cabaña 1151
Luego nos mudamos al Dave Crocket Ranch, fue la gloria. Eran cabañas con dos habitaciones y un sofá cama en la sala, cómodo para seis personas, pero nosotros preferimos ubicar tres y cuatro personas por habitación. La comida, buffet, todo lo que quisieras y pudieras comer, comimos como termitas hambrientas, había de todo, carne, pescado, costillas, una variedad grande de postres, vegetales y frutas. Estos dos últimos brillaron por su ausencia los primeros días.
Mi cabaña, la cual compartía con un manager y el otro coach, fue la 1112 y al frente de nosotros ubicamos a cuatros jugadores, entre ellos el capitán, el numero 8, un segunda línea y a un wing. Para quienes no tengan una clara idea o mucha referencia, son jugadores rápidos, grandes y veloces. A las 11 de la noche, de nuestra primera noche nos tocaron a la puerta, y preguntaron si podían pasar la noche allí, con nosotros, porque aparentemente había un fantasma en la cabaña que no los dejaba dormir.
En la mana siguiente el fantasma de la cabaña 1151 fue el tema del día, nos reímos mucho de eso, pero en la noche, antes de la cena una mama del grupo quería corroborar lo ocurrido, aparentemente paso igual que la noche anterior: escucho pasos detrás de ella e incluso una luz, como de linterna) alumbraba y se movía en una de las habitaciones. Ella salio rápido de allí, apago la luz del baño, cerró la puerta y desde entonces mas nadie entro a la cabaña. Nos fuimos a comer y al regreso la luz del bano estaba prendida nuevamente. Juego o broma? Realmente un fantasma? No lo se pero de que vuelan, vuelan.
Este hotel pertenece a la cadena de Disney, esta muy bien para estar allí un par de noches, porque no hay mucho que hacer en el, aunque tiene piscinas y algunas actividades, no están muy a la mano, como a un par de kilómetros de distancia de las habitaciones. Sin carro hay que caminar de ida y vuelta, no es un mal ejercicio pero con temperaturas frías no es muy buena idea. Se hacia rápido cuando caminábamos en grupo, pero solo se hacia interminable, pesado, aburrido.
Cerca de la piscina hay un gimnasio cubierto, una sala de video juegos y una tienda de Disney, la cual no pudimos omitir y gran parte de nuestro tiempo y dinero se fue en ella. Yo pensé que los precios serian mas favorables para mi, pero el precio lo regula Disney y son igual en todas partes.
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