Nunca he estado en un partido de rugby correspondiente a una Copa del Mundo, mi experiencia es joven, no nueva y solo se remonta a ver los partidos por televisión.
La primera vez se remonta a 1995, a aquel juego de Inglaterra contra Nueva Zealanda cuando Lomu anoto cuatro veces, pasando por encima de cualquier defensor ingles que intentaba, infructuosamente, detenerlo. Estoy seguro que ese juego hizo que mi pasión y fiebre por este deporte aumentara.
No recuerdo haber visto o escuchado la copa de 1999, probablemente si, pero no me acuerdo.
En 2003 vivía como estudiante en Londres, el mundial se jugaba en Australia, algo lejos y con un presupuesto recortado ver los juegos en TV o pantalla gigante en el pub (taberna) mas cercano a casa fue “la gran” experiencia. Algunas veces iba solo, otras con el pana Damian, su esposa Xania y Dani, mi esposa. Por la diferencia de horas los juegos eran transmitidos muy temprano, como entre 5:30 y 6:30 de la mañana era la patada inicial, pero no impedía que los pubs estuvieran llenos, una vez llegue tarde y no pude entrar, tenia que llegar muy temprano, por lo menos una hora antes y con el frío londinenses de entonces, no era nada fácil.
Los juegos los veía parado, sin poder moverme a ningún lado, estar sentado en un buen puesto frente a la pantalla, era un lujo. Recuero que el pub pertenecía a una cadena australiana. Siempre estuvieron llenos durante el mundial, tan llenos que me recordaron aquellos juegos de béisbol Caracas-Magallanes en el estadio Universitario en Venezuela, cuando iba con los panas. Solo en el entretiempo cuando los fumadores salían a llenar sus pulmones de nicotina había espacio para moverse y buscar otra cerveza. Para mi dos birras eran suficientes, e incluso a veces compartía una con mi esposa. Fue difícil acostumbrarme a beber tan temprano. A esa hora de la mañana se despachaba licor como en cualquier hora de la noche. Más de uno salía dando traspiés y con vaso en mano celebrando el triunfo, otros ahogaban sus penas y tristezas.
El juego de los All Blacks contra Australia fue es un extraño recuerdo, vivir de cerca la euforia y la desolación a la misma vez fue como estar parado en una cuerda floja sin poder moverme a ningún lado. Por un lado siempre he pensado que los de negro son el mejor equipo del mundo y siempre me ha gustado su creatividad y estilo sobre la cancha y por el otro ese mismo ano obtuve mi visa de residencia en Australia, pais al que siempre había querido ir. Y que poco después se convirtió en el país donde ahora vivo y del cual ahora soy ciudadano.
La tristeza de los fanáticos de negro era inconsolable mientras los de amarillo celebraban hasta mas no poder su pase a la final. Cantaban y gritaban mientras la cerveza corria por los aires, se sentía como estar en la propia Australia, solo los de ganadores permanecían en el pub mientras los de negro, tristes y apresurados dejaban atrás la ilusión de ganar nuevamente la copa.
Una semana después fue la final, otro madrugonazo. Debo confesar que me alegro muchísimo el triunfo de Inglaterra en el tiempo extra, también salte, brinque y grite junto a las decenas de ingleses que con júbilo celebraban su primera copa del mundo. Creo que Damian, el es ingles-venezolano, todavía lo recuerda y celebra. En ese momento supe que sin duda alguna apoyaba a los de Nueva Zelanda.
Ahora en el 2007 los juegos son en Francia, nuevamente lejos y por la diferencia de horas los juegos serán transmitidos en la madrugada, muy temprano en la mañana, o muy tarde en la noche, así que otra vez habrá que madrugar o trasnocharse, aunque esta vez no tengo un pub cerca de casa, y verlos en TV será nuevamente mi experiencia. Espero en el 2011 ir a Nueva Zelanda y ver los juegos de cerca, en vivo y sentir la inolvidable experiencia que debe ser estar en un mundial.
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