
Los de la rosa nunca tuvieron clara posesión, seguridad en el manejo de la pelota, imaginación y mucho menos “momentum” (el impulso en el ataque) y nuevamente la indisciplina (8 penalties, 2 de ellos teniendo posesión y “control” en el ruck) y los “tontos” errores (12) en el manejo de la pelota (pases, patadas), sumados a las pérdidas del balón (8) en el ruck y maul, les dieron posesión y puntos al equipo de Sur África.

En el minuto 27 una escapada de Robinson el full back inglés parecía reducir la cuenta para los británicos pero sin apoyo tuvo que reducir la velocidad y fue detenido por la defensa africana sin alterar el marcador.
Otro penal al minuto 35 ponía nuevos puntos en la pizarra (13-0) a favor de Los Springbooks. Momentos después, una pérdida de balón en un ruck por los jugadores de blanco le daba a los africanos un fácil try y una ventaja de 20-0 en la primera mitad. Pietersen anotaba nuevamente.
En la segunda parte Inglaterra lució mejor en los primeros minutos, Andy Gomarsall sustituía al número 9, Perry. Pero nuevamente los errores en las patadas buscando avanzar y poner en presión a los africanos le deban posesión a los del hemisferio Sur. En el minuto 46 Suráfrica convertía otro penal y aumentaba a veintitrés puntos la diferencia. Ocho minutos más tarde la entrada por un lado del ruck de un jugador inglés sumaba nuevamente puntos a la cuenta de los Books y se sentenciaba un partido que desde el minuto cinco ya mostraba al ganador.
La situación empeoró cuando los ingleses atacaban por el centro de la cancha y Robinson, el mejor jugador británico del partido, tuvo que detener su carrera y lanzarse al piso por una lesión. El full back de Inglaterra dejó el juego ante una fuerte ovación del público.

En el minuto 63 llegó el tercer y ultimo try de los campeones de 1995. La sentencia final de un equipo inglés que no lució nunca como el Campeón de hace cuatro años. Parecía un equipo inexperimentado, que en su mejor momento movía la pelota de un lado a otro pero sin avanzar, sin saber a donde ir, y cuando en un par de ocasiones rompieron la línea de defensa, el atacante terminaba sólo, sin apoyo rodeado de camisas verdes y perdía otra vez el balón.
Casi al final del partido, a los 74 minutos Inglaterra tuvo otra gran oportunidad de anotar pero un pase del centro Farrel terminó en las manos de Montgomery, el número 15 africano y la ilusión de borrar el cero de la pizarra se desvanecía una vez más.
Antes del pitazo final, Inglaterra es penalizado por un Knock-on deliberado que detuvo el ataque de Sudáfrica y posiblemente el quinto try de Habana, el número 11 de los Springbooks, para muchos el hombre más rápido del torneo. Tres punto se sumaron a la cuenta final a favor de Sudáfrica 36-0 ante un equipo Inglés que dejó el terreno cabizbajo.
Frustración, desilusión e incertidumbre es lo que reina ahora en el camerino inglés, el cual debe recuperarse pronto para vencer a Samoa y Tonga sino quiere salir del torneo en la primera ronda.
El mejor del partido para mi es Robison, tuvo mucho trabajo atrás, recibiendo altas pelotas y resistiendo la embestida de los grandes hombres de verde, y fue el único jugador inglés que no tuvo dudas al momento de atacar. El que si tuvo muchas dudas y problemas tanto con el pase como con las patadas fue el 12 británico Farrel. Aunque se había dicho que no tenía experiencia en esta posición, no hay excusas para el pobre desempeño de este jugador con el pase, la patada y el tackle, las habilidades básicas de cualquier jugador de rugby.
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